Luz Arcelia Suárez Ramírez
Palabras
clave: ballenas, música, género, naturaleza, sonido
GEORGE
CRUMB – Ballenas.
La
atmósfera es oscura con iluminación azul marino, los tres intérpretes aparecen,
llevan antifaz negro. La flauta abre con un solo… es la voz de una ballena.
Hay mucho
que decir sobre el inicio de esta música… más bien que el inicio lo dice todo,
el inicio envuelve al público en la escena absoluta.
Después de
las primeras notas, habrá quien se decepcione, habrá quien sienta repulsión.
Hay que decirlo, la música contemporánea sorprende, a veces asusta ¿Qué puede
pasar cuando uno se encuentra en el sorpresivo caso de “¡Cómo vine a parar en este concierto!”?
Puede ser
que esté de más, pero voy a explicar un poco cómo abordar este género. En una
obra contemporánea no se escucharán las armonías nítidas propias de la música
de Wolfgang Amadeus Mozart, ni la pasión organizada de Ludwig van Beethoven.
Serán ambientes, combinaciones instrumentales que nos parecerán extraños,
efectos y escenas auditivas dispuestos por la filosofía y los conceptos que un
compositor expone a nuestra experiencia. Salta la pregunta ¿no se trata de esto
siempre? Si, claro, todo arte existente fue contemporáneo alguna vez, sin
embargo, nunca se había retado tanto al público como se hizo durante el siglo
XX. Los libros hablan de “rompimientos”,
pero, la verdad es que el sistema no se rompió, el sistema superó sus límites y
se extendió, la tradición aún existe y convive con los muchos sistemas
actuales; las estructuras se pusieron a prueba, se han ido sumando nuevas
formas de estructurar y se ha comprobado que hay manifestaciones que pueden
existir perfectamente sin estructura alguna; siendo que una de sus misiones más
fuertes es la invención de voces, de timbres y sonoridades poco convencionales,
no podemos negar el impacto que los compositores causan al requerir que los
instrumentos sean ejecutados tan de distinta forma; a todo este sistema (la
forma de tocar, la peculiar escritura y la sonoridad obtenida) se le conoce
como “técnicas extendidas” … digamos, “los ruiditos”. En un concierto de música
contemporánea veremos micrófonos, consolas de control, luces, efectos
electrónicos. Veremos también que es histriónico el asunto. Tengo la idea de
que fue una moda entre todos los artistas de los 1960s y los 1970s, me explico:
el que los músicos de rock dedicaran tanta atención para preparar sus actos con
maquillajes, vestuarios, movimientos ensayados, actitudes teatrales, escenas de
luces y efectos, dio origen a una corriente sumamente fuerte que afectó a su
propio público y, a toda la población en general, el resultado fue un entorno
sociocultural completo del que no escaparon las bellas artes. No poseo ninguna
bibliografía que me respalde y no sé si me equivoco, pero es lógico por toda la
historia comprendida en esas dos décadas y es, finalmente, un buen punto de
partida.
A todo
esto ¿qué hace uno cuando se enfrenta a la música contemporánea por accidente?
Retirarse es una opción por supuesto, esperar a que termine la pieza y decidir
si hay interés o no, también, o puede uno tener paciencia y dejarlo pasar,
investigar qué escuchó, y fomentar alguna opinión más allá del “no me gustó” o “no la soporto”.
De vuelta
al concierto.
El autor,
George Crumb (compositor estadounidense, 1929-2022), se distingue entre sus
contemporáneos por el desarrollado sentido afectivo y que sus técnicas
extendidas se aplican con este fin. Tal como pude atestiguar, normal en el
género, sus obras tienen un fuerte aspecto escénico.
La música
que estoy escuchando se llama “Vox
Balaenae”, “La voz de la ballena”.
Por exagerado que parezca, la partitura tiene indicaciones sobre el acomodo de
los instrumentos en el escenario, sobre la luz, el vestuario y dice que los
músicos deben llevar antifaces. Sin embargo, no es extravagante, con la
ubicación recomendada es posible observar a los tres músicos desde cualquier
punto; la iluminación baja y el color azul proveen un ambiente oceánico; los
antifaces tienen el efecto de desvanecer la proyección de la presencia humana,
el objetivo es restar importancia a los seres humanos en términos de especie y
de artífices del todo (tanto del perfil de la Tierra como del concierto). La
idea general es representar simbólicamente la poderosa e impersonal fuerza de
la naturaleza.
Esa
entrada con la flauta (¡ojalá pudieran escucharla!) ¿Cómo produce ese sonido?
Es el sonido normal de la flauta junto con la voz cantada, es decir, el
flautista toca y canta al mismo tiempo ¡el resultado es fantástico! Los otros
dos músicos no se quedarán atrás, al violonchelista le pide que afine su
instrumento de forma distinta (a esto se le llama en scordatura) y también tendrá que realizar otros efectos; en su
momento, el pianista tendrá que tañer las cuerdas del piano no sólo con los
dedos, sino con un clip y con una varilla de vidrio para obtener diferentes
texturas.
Al
flautista y al violonchelista les será requerido silbar, sí, es decir emitir
sonidos por medio del aliento entre los labios… silbar afinadamente. Además,
tendrán que hacer sonar unos crótalos que hay colgados en el centro.
Es notorio
que el autor no prefiera las disonancias violentas, se va más por las
sonoridades delicadas, su música es como un collage sonoro en el que las partes
están muy bien ensambladas y se asimilan en un muy homogéneo conjunto.
“Vox Balaenae”, fue inspirada por una
grabación que un científico marino hizo de los sonidos de una ballena jorobada.
A Crumb le impresionaron enormemente la nitidez y el hecho natural de que un
animal marino tan grande cantara y transitara por todo el planeta (igual que
los pájaros). Fue un suceso que transformó su definición de la música: un sistema
de proporciones al servicio de un impulso espiritual que las ballenas cumplen
tanto como los seres humanos.
La obra
está estructurada en tres secciones grandes con los siguientes títulos:
I Vocalise (... for the beginning of
time). Vocalización (… por el comienzo
del tiempo).
Esta sección es un prólogo. Es vocalización porque no llega a ser una melodía
completa, es algo que una ballena haría.
La partitura indica "Ampliamente
fantástico, grotesco". Este sonido es la idea que Crumb quiere para la
caracterización de la voz de la ballena, esto es, el sonido que se produce con
el instrumento y la voz mezclados dando lugar al ambiente misterioso y surreal.
II Variations on Sea-Time. Variaciones sobre el Tiempo del
Mar.
Comienza con el Tema del Mar,
que tiene la indicación “Solemne, con
calma majestuosa”. Es la parte solista del violoncello, va acompañado por
acordes oscuros, fatídicos, producidos por las cuerdas tañidas del piano. A
partir de aquí se desarrollan las variaciones, cada variación lleva por título
una era geológica: Arqueozoica, Proterozoica, Paleozoica, Mesozoica y
Cenozoica. Abre con sonoridades tranquilas y se va construyendo, aumentando
porco poco, pasando por cada una de las ‘Eras’,
hasta llegar a la ‘Cenozoica, que es
en la que aparece el ser humano en la Tierra, entonces, la música alcanza tonos
dramáticos.
III Sea Nocturne (… for the end of time).
Nocturno Marino (… por el fin del tiempo). Es un epílogo. La partitura marca “Sereno, puro, transfigurado” y es una elaboración del Tema del Mar. Esta sección sugiere el
amplio ritmo de la naturaleza y el sentido suspendido del tiempo. Las últimas
notas tienen que ser apenas audibles, de hecho, inaudibles, hablando de lo
teatral, haciendo la pantomima de tocarlas a muy, muy bajo volumen, cuando en
realidad no se escucha nada.
Si les
causa cosquilla escuchar la pieza, pueden encontrar una buena interpretación
aquí:
Les cuento
que existe un documental que hizo Robert Mugge en 1976, “George Crumb: The
Voice of the Whale”, tiene comentarios del compositor, describe también cómo se
armó y se llevó a cabo la pieza en escena.
La
maravillosa impresión que me causó escuchar esta obra por vez primera no se me
olvida y deseo recrearla constantemente, no me canso de repetirla (creo que mi
familia sí). Nunca he sido quisquillosa para escuchar música, pero es verdad
que voy predispuesta con la música contemporánea aun cuando me gusta mucho. La
música de vanguardia puede pedir mucho de la imaginación de su audiencia porque
requiere armar significados sonoros. En el caso de George Crumb, mi prejuicio
quedó muy superado. Me da mucho gusto ser testigo de esta música y me da mucho
más gusto poder compartir mi experiencia con otros. Sería bonito que alguien
que haya leído estas líneas se acercara a la música contemporánea y tuviera
idea de los sonidos y los conceptos que el género implica.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA EN GEORGE CRUMB – Ballenas.
HERZ,
W. J. (2011). PROGRAM NOTES / George
Crumb (1929- ) Vox Balaenae (Voice of the Whale) for flute, celo and piano
(1971). Obtenido de The Sebago-Long Lake Music Festival:
sllmf.org/archive/notes_for_509.html
Kristine
Forney & Joseph Machlis. (2007). George Crumb and Avant-Garde Virtuosity.
En K. Forney, & M. Joseph, The
enjoyment of MUSIC (pág. 615). New York, London: W. W. NORTON &
COMPANY.
Vox Balaenae.
(7 de FEBRERO de 2022). Obtenido de WIKIPEDIA / LA ENCICLOPEDIA LIBRE:
https://es.wikipedia.org/wiki/Vox_Balaenae
Ilustraciones:
Respuesta
generada por Microsoft Copilot el 18 de mayo de 2024 a las 10:30 AM con los
siguientes 'prompts': "Ilustraciones de ballenas jorobadas en tonos azules
y negros", "Ilustraciones de ballenas jorobadas en tonos azules y
negros, cantando con glifos que representan su voz".
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