Eduardo David Infante Favila
Después de jubilarse aquel hombre se dispone a enfrentar el reto que representa su nueva forma de vida, sin presiones (así lo imagina ), sin prisas, sin obligaciones; en una palabra él supone que vivirá casi en el paraíso.
El primer día de su nueva vida se levantó a las 7.30 a.m., aunque se despertó a las 5 a.m. ( como lo ha hecho los últimos 40 años ) y se dispone a programar sus actividades como lo ha acostumbrado toda su vida laboral.
LISTA DE ACTIVIDADES:
1.- Limpiar, organizar y pintar el garaje.
2.- Pulir y re-pintar la escalera de acceso a la planta alta.
3.- Cambiar la chapa de la puerta de la cocina.
4.- Cambiar las 4 llantas de la camioneta de su esposa.
5.- Revisar todo el equipo de pesca y poner en óptimo estado las cañas de pescar.
Creo que para empezar es suficiente, se dijo a sí mismo y después de mirarse al espejo bajó al comedor satisfecho.
Un poco antes de las 3 de la tarde su esposa lo llama a la cocina, al salir luce sorprendido y tal vez nervioso, camina lentamente hacia la puerta mientras se repite mentalmente : - Esto no puede ser tan difícil, miles de personas lo hacen a diario -.
Cerca de la puerta de salida una voz que brota desde el fondo de su ser le pide que no lo haga, que él es un macho alfa, un líder, un proveedor como le decía su madre cuando era niño.
Antes de salir se detiene y piensa, yo no puedo hacer esto, yo no debo hacer esto, los hombres como yo no estamos hechos para estos trabajos. Recuerda las palabras de sus padres: -Cuando te cases recuerda que el hombre tiene sus obligaciones y la mujer las suyas; si tú cumples con las tuyas, puedes pedir que ella cumpla con las suyas-.
Se mira al espejo y dice :
- Soy el macho alfa de ésta casa – y antes de terminar la frase, su mujer sale de la cocina y dice sonriendo :
- No te tardes, cuando regreses con las tortillas comemos-.
El hombre sonríe y sale. Mientras camina dice para sí :
- Esto será un buen reto para mí -.
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