Platicando con el recuerdo


DRAGONCITO
MVZ Silvia Estela Rivera Melo




Con todo el amor que dejaste en tu partida y que para mal o para bien ha seguido vivo sin importar el camino, el tiempo, el dolor de tu ausencia y las vivencias de mi vuelo, para ti, mi dragón vivo en mi imaginación aunque en la vida y carne hayas fallecido.

Aunque muchas personas lo nieguen, todos y cada uno de nosotros vivimos encadenados a recuerdos efímeros y a su vez eternos de nuestro caminar, caminamos muy a pesar de las ausencias, de las dolencias y de la tempestad; compartimos sueños nuevos que forjamos con quien nos acompaña en el momento, pero aun así, a nuestros muertos jamás los dejamos descansar.

Volamos, caminamos y agradecemos a quienes comparten con nosotros su existencia, pero muy en el fondo cada noche, nos cobijamos con el recuerdo para compartir el día, para comentar cómo va el sueño llamado realidad.

Mientras el recuerdo inicia, y la malicia del mundo me hace recurrir y volver al pasado para poder sobrevivir. Mientras mi mundo se tambalea en mil maneras, y mi razón no encuentra la paz que tanto ha buscado desde tu partida. Dime vida mía, ¿cómo puedo continuar sin que duela tanto tu ausencia? Los años se han marchado, la vida ha continuado, los sueños prometidos en gran parte se han logrado, a bien, alguien camina a mi lado y me hace fuerte; pero aun así, algo en mí me hace seguir buscando en las noches tu recuerdo para cobijar mis sueños, mis miedos y mi dolor.

Dime vida mía, ¿cómo hago para no sufrir más tu partida? ¿Cómo le digo a mi vida, que aun con tu ausencia debo continuar y dejar el pasado atrás? Duele en cierta forma el poder lastimar a alguien más mientras duermo, mientras me encuentro cubierta por tus brazos aunque sea en mi imaginación; duele el pensar que en mi más profundo rem pueda mencionar tu nombre, mientras me aferro a otra piel.

Ya no entiendo cuál es la cordura, si el seguir buscando algo etéreo o ver la realidad de los demás, tan difusa, tan nublada y tan bizarra en muchas ocasiones, para mi verdad. Y mientras intento entender que debo hacer, el tiempo se me va, los años se han marchitado, mi piel se ve más vieja y mi realidad tan real, en cambio tú, sigues intacto en mis sueños, en mi mundo mágico creado para no enloquecer.

Dicen que la madurez y sensatez llega con los años, con el tiempo y la experiencia, con lo cotidiano y lo real; pero ¿qué tan cierto es que uno pueda verdaderamente entender el concepto? cuando veo el tiempo que se va y me deja trunca en la inestabilidad de un sueño que jamás será. En el instante que ha dejado la mella, el camino truncado y la ausencia como compañera de camino, de parranda, de delirio y en cierta forma de felicidad.

Y mientras respiro una vez más para poder tomar aliento y continuar, te vuelvo a preguntar. Dime vida mía ¿cómo te dejo en el recuerdo y puedo de nuevo iniciar mi mundo mágico de cristal? Dime vida mía.

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