David Silva Olvera
Se dice que un equinoccio acontece cuando los días y las noches tienen la misma duración en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos, esto sucede dos veces al año, el 20 ó 21 de marzo y el 22 ó 23 de septiembre.
Sin elaborar una diatriba o en su defecto un discurso político dicotómico, de vacua palabrería, envuelto entre los ecos de verdadera culpabilidad, en esta propuesta se plantean preguntas en lo que respecta al entorno de las ciencias veterinarias y con esto el lector encuentre respuestas de manera estructural y de alto valor significativo, tanto, que éstas se plantean en un contexto racional que posiblemente resulte poco razonable, ya que aprender no es lo mismo que saber, existen los cultos y también los sabios, la memoria hace a los primeros y la filosofía así como la ciencia hace a los segundos, porque ¿qué es el hombre sino el animal racional que pregunta y seguirá preguntando más allá de cualquier respuesta imaginable? Pregunta que me abre las puertas a seguirme cuestionando.
Como sabemos, desde la antigüedad los animales se alimentan de plantas, asimilan el nitrógeno que la Tierra les proporciona, desafortunadamente, hoy en día parece que al hombre no le interesa, se despreocupa de su casa, la que habita y la que lo ve crecer, hay que comprender que todo ser que existe en este planeta, no quisiera dejar de existir, sin embargo, desde el momento en que el hombre domesticó a los animales, su relación para con ellos dejó de ser algo más que la simple subsistencia alimenticia.
Una firme alianza, muchas veces defensiva-ofensiva, debió contemplar un cuidado mutuo. En garantía de este vínculo, el hombre aportó a través de su raciocinio el dominio de un arte y ciencia, ni más ni menos que la veterinaria, la capacidad de curar las enfermedades de su socio. Con lo anterior ¿Será que para entender y estudiar a la naturaleza, hay que obedecerla? ¿Hay diferencia entre “comportamiento” animal y conducta humana, entre habitar en un medio ambiente y tener un mundo?
En el año 1773 en Lyon, Francia, se construyó la primera escuela de veterinaria en el mundo, así que afortunadamente la veterinaria no nació de una piedra sino de un decreto presidencial, después de seis proyectos fallidos; posteriormente, un 17 de agosto de 1853 por fin se creó en México la primera escuela de Veterinaria, como resultado se produjeron grandes logros en lo que se refiere al desarrollo de la ciencia, más lo que se debe resaltar, es el cambio de concepto del MVZ., cabe señalar que entre los alumnos de aquellas generaciones y primeros egresados estuvo el Doctor José de la Luz Gómez, quien se encargó de preparar quizás la primera vacuna antirrábica en el Continente Americano, que por cierto la biblioteca de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM lleva su nombre, sí; en esa gran Institución, que es la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual conmemora más de 100 años, que una gran parte del destino nacional ha sido depositado y depende de ella, siendo orgullosamente el gran centro mexicano de investigación científica y humanística.
Para mejor comprensión, aquellos arquitectos del sistema mexicano, diseñaron y consolidaron un sólido sistema apoyado en cuatro fuertes cimientos que serían la seguridad política, la seguridad económica, la seguridad jurídica y la seguridad nacional, claro, hubo un cambio, pero por encima de todo y para que ello fuera posible, cambió la educación y fue la Universidad Nacional el quinto elemento fundamental del proyecto mexicano de nación, asimismo, se debe resaltar que por los hombres y por los pueblos lo único que habla y seguirá hablando es su espíritu, así que esta reserva neuronal tiene por nombre Universidad Nacional Autónoma de México o "el perfil del espíritu", como lo menciona José Romero Apis en su trabajo Perfiles de Grandeza.
¿Será que la Historia no sólo nos ha alcanzado sino que incluso ya nos rebasó? ¿Habrá una sola historia y todos los hombres estamos condenados a repetirla aun sabiendo que hay historias e historia?
He encontrado colegas desafortunadamente desempleados, dedicados a otras actividades que no están vinculadas con la Medicina Veterinaria, me expresan su inconformidad por la falta de empleo y los bajos salarios que se siguen presentando en nuestro sector, por factores políticos, económicos y sociales, muy indignado pienso que la teoría de la movilidad social enfocado en la educación e implementada en el sector pecuario se ha potencializando cada día, al igual que el resultado es inversamente proporcional que el MVZ esperaría en el mercado laboral, ante este panorama es importante hacer hincapié que el verdadero cambio se logra en las aulas, con los estudiantes que se están formando en las Universidades, como menciona el insigne Doctor Santiago Aja: ”…recuerden, aquí podemos decir tonterías, pero afuera no se vale... mentir, lucrar, estafar, defraudar, usurpar, delinquir...”
Con ello ¿la carrera de Medicina Veterinaria no cumple sus expectativas o es realmente el sistema de educación el que no cumple con las expectativas que requiere un estudiante para formarse como profesionista? ¿La educación en México está sobrevaluada? ¿Qué tiene mayor peso, el valor de elegir una profesión o el valor de educar?
Actualmente somos más de 60,000 Médicos Veterinarios titulados, con cédula en el país, ante esta cifra, cabría la posibilidad de averiguar el porcentaje de los MVZ´s que estamos ejerciendo y cuál es el otro porcentaje de los que ocupan un lugar de tantos en esa larga lista de ejército laboral de reserva.
En nuestro país existen 50 escuelas de Veterinaria de las cuales 17 están certificadas por CONEVET, esto nos indica cuál de ellas tiene implementado un buen plan de estudios para que un estudiante salga bien formado y con suficientes conocimientos para ejercer en el área que desea desarrollarse profesionalmente.
En la actualidad existen médicos sanitaristas que verificamos el cumplimiento de las normas que aplican en el sistema Tipo Inspección Federal, los establecimientos que cumplen con esta certificación cuentan con instalaciones de sacrificio de animales de abasto, frigoríficos e industrializadores de productos y subproductos cárnicos, es objeto de una inspección sanitaria permanente, en la que se verifica que las instalaciones y los procesos cumplan con las regulaciones que señala la SAGARPA para que los alimentos sean inocuos, el Sistema TIF se originó en los años 1946 y 1947 por el cierre de las fronteras norte ante los primeros brotes de Fiebre Aftosa en nuestro país. Entretanto, en aquellos años se creó el Servicio de Inspección Sanitaria de Tipo Federal, restringiéndose el cruce de ganado en pie hacia México; este Servicio instauró mayores exigencias que el que prestaba la entonces Secretaria de Salubridad y Asistencia.
El fin de su creación era la obtención de carnes y productos cárnicos procedentes de animales de abasto para el consumo humano, lograda mediante la aplicación de las normas y condiciones de higiene más rigurosas, tanto para el mercado interno como para su exportación.
El marco legal que lo regula tuvo su origen en la Ley y Reglamento de la Industrialización Sanitaria de la Carne, publicada el 13 de febrero de 1950 y tres años más tarde se llevó a cabo su modificación.
Hasta la fecha la legislación rectora es la Ley Federal de Sanidad Animal que tuvo modificación el 25 de julio de 2007.
Evidentemente se sigue demostrando la importancia de la Medicina Veterinaria en la Salud Pública ya que tiene un alto impacto que repercute directamente en la población y desde luego el MVZ es una pieza fundamental en todos los eslabones de la cadena productiva, desde el campo hasta la obtención de un producto terminado de origen animal. Algunas personas mencionan: “... pero la medicina humana es casi lo mismo que la veterinaria, al fin somos seres vivos...”, efectivamente sólo que estudiamos alrededor de ocho especies diferentes y a decir verdad, esto no significa que tome la decisión de auto recetarme, cuando he padecido de alguna enfermedad, entiéndase que paciente proviene de padeciente (el que padece una enfermedad), es interesante destacar que los órganos de algunos animales se asemejan al humano, ya que se han hecho estudios en el sistema digestivo del cerdo muy semejante al del humano, al igual que para estudios neurológicos se consideran los gatos, muy similares en su sistema nervioso al del humano y el sistema cardiovascular del perro se asemeja también al del humano. Es necesario recordar que esto no significa, por citar un ejemplo, administré naproxeno a mi perro para aliviar el dolor de su miembro anterior derecho o que todos los fármacos de línea humana, sean utilizados también para los animales y aunado a ello, se utilicen las mismas dosis.
Sobre esto... ¿La ciencia va más allá del bien y del mal?
Incluso nos enfrentamos a desmitificar creencias cuando la sociedad recurre a nosotros, como vegetarianos que se manifiestan abiertamente, estar en contra del consumo de la carne porque no es saludable, se debe resaltar que las proteínas de alto valor nutritivo de origen animal son insustituibles, tal parece que estas personas viven en la industrialización del hedonismo por la vía del no consumo de la carne, aunque por lo visto, esta ideología de mantenerse obligatoriamente saludable, es un síntoma de estar evidentemente enfermo a tal obsesión, sin embargo, no es fomentar un enfrentamiento, cada persona es libre de hacer lo que ella crea conveniente, por su propia convicción, sino el temor de la influencia de la ignorancia, que se previene con la educación e información, comprobada con un sustento técnico y científico.
Hace unas semanas un naturista al que llamaban maestro dijo en la radio que consumir carne provoca “loquera”, posteriormente complementó su comentario mencionando alcohol y drogas, con una postura imponderable y defendiéndola como fiel caudillo, esta afirmación es muy aventurada e irresponsable de su parte al mencionarlo abiertamente.
Existe en el mercado “carne de soya” que avala este individuo con los ojos cerrados, la cual no es carne, ya que la normatividad mexicana define a la carne como la estructura compuesta por fibras musculares estriadas, acompañadas o no de tejido conjuntivo elástico, grasa, fibras nerviosas, vasos linfáticos y sanguíneos, de las especies autorizadas para el consumo humano (NOM-009-ZOO-1994) “Proceso sanitario de la carne”, y también existe “leche de soya” que no es leche puesto que este líquido no es extraído de una glándula mamaria de un mamífero hembra, ya que por definición según la NOM-184 -SSA-2002. Leche, es el producto destinado para el consumo humano, proveniente de la secreción natural de las glándulas mamarias de especies domesticas y que en su contenido contenga, grasa butírica en 30 gramos, proteínas propias de la leche en 25.5 Gramos y Caseína en 17.85 Gramos, todos estos ingredientes son como mínimo y por litro básicamente, mi duda curiosamente es a qué le llaman tan apasionadamente sano? ¿A lo naturalmente artificial o a lo artificialmente natural...?
Ahora bien, refiriéndonos a otro producto de origen animal, el mito de que el huevo produce fatales enfermedades cardiovasculares, siendo que éste aporta nutrientes como la lecitina que ayuda a mantener en suspensión el colesterol en sangre impidiendo que se deposite en la pared de las arterias, con lo anterior, ni la creencia, ni el desengaño nos dan la razón de funeral, pero tampoco podemos, no creer lo que informa el Instituto Nacional del Huevo y Nutrición, la Unión Nacional de Avicultores y especialistas o como el caso anterior con la carne de res, la cual contiene aproximadamente un 75% de agua, 18% de proteína de alto valor nutritivo, 3.5% de sustancias no proteínicas solubles y 3% de grasa, no es lo mismo ingerir músculo o hígado de res contaminado con clenbuterol, ya que el resultado sería diferente puesto que un comensal no alcanzaría a percibir a simple vista el daño indiscutible que le podría causar a su salud el consumo de esta carne ya que para saberlo tendría que enviar una muestra a un laboratorio autorizado para que le realicen un análisis por medio del método de inmunoensayo enzimático y con ello puedan detectar la presencia de este beta agonista.
Ante esto debemos seguir una línea de investigación, la cual nos permitiría analizar los resultados obtenidos y con ellos nos llevaría a seguir una tendencia a un diagnóstico preciso y determinado con un enfoque diferente para beneficio de todas las personas, que somos más de 100 millones de habitantes.
Con lo anterior, ¿seguimos avanzando o estamos estancados irremediablemente? En casos evidentes, lo correcto es seguir buscando soluciones ¿Si la cisticercosis humana que es una zoonosis, -considerada por la OMS la enfermedad de la pobreza-, porqué en México aún se ha reportado casos?
Dado los cambios que se han presentando y seguirán presentando día a día y los acontecimientos históricos que sin lugar a duda dieron otro rumbo a nuestro país, me resultaría interesante plantearnos si en verdad somos libres e independientes de nosotros mismos o sólo tratamos de serlo porque lo dicta la voz de la costumbre y tradición sobre todo los 16 de septiembre. Debemos diferenciar lo importante de lo interesante y combatir lo que detestamos sin destruir lo que se ha construido desde hace por lo menos dos siglos.
Actualmente no todas las cartas están puestas sobre la mesa, aún queda mucho camino por recorrer en investigación, campo y docencia, tenemos que dirigirnos y explorar nuevos horizontes, por tal motivo lo más rescatable es, que con el paso de los años el Médico Veterinario Zootecnista sea un profesional que conforme una nueva clase como lo mencionan Leticia Mayer y Larissa Lomnitz.
Anteriormente en mi artículo “De Amor y Otras Ciencias” (publicado en esta misma página), había mencionado que nuestros actos fueran las palabras del silencio, por contextualizarlo de alguna manera, aunque la palabra en toda su extensión, sea olvidada la misma palabra valga la redundancia; por esta razón amar es un arte, servir es un arte y con ello no hay que descartar que mostrando lo humano de lo humano, encontremos lo esperado de lo inesperado, ya para cuando estemos al final de lo que queremos saber, estaremos al principio de lo que debemos sentir y tal vez esta fórmula sea el éxito del éxito.
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