Diego Ramírez
Es curioso como la gente piensa que todo el trabajo que se requiere hacer para evitar, a veces detener la perdida de especies o conservarlas en el país es una cuestión meramente científica; toda la responsabilidad cae sobre el investigador o el gestionador a cargo, pero, ¿Alguna vez te has puesto a pensar en el por qué se requiere de varios investigadores para realizar este tipo de actividades? ¿también te has puesto a pensar que a veces los esfuerzos requeridos para este tipo de tareas son realmente titánicos?. Bueno obviamente el investigador ha sido entrenado para esas cuestiones, pero también debemos de tener en cuenta que no puede, por la naturaleza de su trabajo estar al pendiente de todo, y por lo mismo necesita de ayuda; algo que también es un problema pues en nuestro país a lo que menos se destina el presupuesto es justamente a la ciencia, lo cual siempre o casi siempre suele terminar en proyectos inconclusos, o de plano en una investigación o una idea que se tira al bote de la basura.
Una de las principales causas de la fuga de cerebros, y de igual manera la falta de interés por parte de la gran mayoría de la población hacia la ciencia, es que, también hay que decirlo, esta avanza lentamente,. Pero también lo que se puede lograr en base a ella es algo realmente benéfico para todos, al parecer el científico necesita de la ayuda de quien fuese necesario, pero en estas condiciones socio-políticas ¿como lograrlo?.
Es muy conocido que muchas ONG`S reclutan gente que sienta la necesidad de ayudar, participar o simplemente contribuir un poco para evitar perder lo que nos ha sido otorgado simplemente con el hecho de haber nacido, sin embargo esto no es un elogio hacia estas, ya que también sus métodos creo que son algo radicales, y en estos tiempos pues no son de buen ver, ya que carecen de diplomacia y peor aun, a veces, sin resultados. Pero tampoco es cosa de desvalorizarlos pues eso nos da pie a ver que también en países en vías de desarrollo, como es nuestro caso, los problemas de corrupción en el gobierno, la forma de gobierno capitalista, la mala acción de los funcionarios públicos, y la forma de vida consumista de la mayoría de la sociedad, termina en la apatía y desinterés de parte de, sin temor a equivocarme, la mayoría de la población, y esto pues consecuentemente nos lleva a contemplar a un investigador como un ser omnipotente que lo puede todo.
Claro hay muy buenas ideas, pero sin el apoyo o interés de los demás es casi imposible poder hacer algo, y bueno, tampoco el investigador es capaz de abarcar muchos problemas con una sola solución, eso seria erróneo de pensar si consideramos que seguimos siendo humanos. El problema no solo viene del sector político, sino también en parte por la falta de identidad de la gente, que se ha visto ha ido en aumento conforme nuestro vecino del norte se ha venido convirtiendo en nuestro referente, aspirando a ser como ellos, la falta de valores, la falta de nacionalidad, y no hablo de un nacionalismo meramente futbolero o bicentenario, sino el cual podríamos sentir a diario cuando volteamos a ver la riqueza que tenemos alrededor; que no es nuestra por haberla obtenido por algún intercambio monetario, ni siquiera por el hecho de haberse nacido mexicano, sino mas bien por que de ella dependemos; me atrevería a decir, ella es la que nos hace suyos. Esa riqueza y parte del nacionalismo al que me refiero vienen justamente de la biodiversidad, con la que contamos, disfrutamos y hasta por que no, somos representados mejor que por un conjunto de once personas en el extranjero.
La diversidad de la que hablo va desde un ajolote el cual podemos observar en alguna reserva ecológica, hasta cualquier cactácea que sea admirada por su valor estético, y también ¿por que no? comprender su papel en algún ecosistema, pero claro, como poder comprender esto si la velocidad a la que se pierden las especies es mayor que la capacidad de poder estudiarlas o descubrirlas y mucho menos salvarlas, en los últimos 30 años se han perdido demasiadas algunas de las cuales tal vez ni siquiera tuvieron la fortuna de ser conocidas.
Es aquí donde voy dando entrada al por que cuestiono si todo esto deba ser mera responsabilidad de los investigadores. Con una población de mas de 103 millones de habitantes, es posible desarrollar suficientes iniciativas, y no me refiero a cierto programa de iniciativas privadas, que también es otro fraude, el conocido “done un peso para los niños discapacitados”; simples movidas de nuestros dos grandes monopolios que manejan la educación de nuestra juventud en estos días; no, no me refiero a este tipo de iniciativas, sino mas bien a comenzar con esa excitación de las futuras generaciones y las presentes de informarse y valorar todos los recursos con los que cuenta México, y creo que es hora de tomar las decisiones correctas; hablo no solo de las personas que llevan a cabo sus estudios profesionales, ni tampoco de la planta de profesores existente en las escuelas publicas y privadas si no también a los científicos para que den a conocer su trabajo, ya que tambien a veces también pecan de egoístas, pero tal vez así sea un muy buen incentivo, cambiar las cosas empezando por informar a todos, desde abajo, desde el pueblo.
Si bien es cierto no todos los recursos con los que cuenta el país son renovables, si podemos convertirlos en una fuente constante de aquí a algunos años mas, y tal vez eso sea mas significativo que si México ha o no traído medallas de oro en cierto deporte, o que si el PIB ha crecido a base de crear nuevos empleos; tal vez la falta de interés en este tipo de cuestiones básicas se debe a la falta de información que se ha tenido a lo largo de estos años, durante los cuales el desastre cometido por toda la industrialización ha sido de consecuencias terribles, tal vez esto sea de poco interés para la gente mientras puedan vivir con un estilo de vida cómodo y ostentoso, pero ¿que pasara el día que gracias a ese mismo estilo de vida, lo que da sentido a su riqueza material se vea comprometido por la falta de la materia prima?. Tal vez a las esferas sociales que cuentan con altos recursos económicos les sea posible costear los precios a los que se encuentran o encontraran los alimentos, o el agua potable, pero que pasará con la gente de escasos recursos, que ya en estas fechas donde todavía no se ha comprometido la industria alimentaria, sufre por la falta de los mismos.
Es posible que justamente por este lado se vea enfocada esta solución, herramientas como la educación ambiental, nociones básicas de ecología, y algunas biológicas deban de ser usadas para poder, si no cambiar el punto de vista de la gente, sí concientizarla de que es momento de valorar y cuidar lo que queda disponible. Es indispensable en este tipo de asuntos mantener un contacto con la sociedad, por los medios que sean necesarios, el intercambio de información de calidad, con las comunidades que tengan pleno conocimiento de su entorno; a veces los investigadores fallan en ese aspecto, donde la tradición oral ha sido de gran importancia para el conocimiento de la biota, este aspecto es todavía mas prometedor ya que a la fecha existen comunidades, que tienen un apego muy fuerte por sus raíces y su medio, y están dispuestas a conservar sus recursos.
Esto me lleva casi a finalizar mis ideas; en este escrito me he dado a la tarea de no mencionar casi ningún aspecto biológico, ecológico, taxonómico, o vaya, ningún tecnicismo, que forma parte de mi bagaje lingüístico desarrollado en la carrera, sino a tomar una postura diferente sobre un tema que es de interés social, económico, biológico y cultural; no es ni siquiera una postura que siento que me convenga, pues también compromete mi estilo de vida, es mas bien una postura que he desarrollado desde que entre a la carrera, una postura que de ninguna manera trata de ofender a nadie sino que siento es el origen de muchas de las fallas que ha tenido el desarrollo del país a lo largo de los años, y esto es, la falta de identidad del mexicano, donde no solamente se ve comprometido el futuro de su gente y su cultura, si no también de paso la biodiversidad, uno de los principales aspectos en los que es reconocido México a nivel internacional, que no solo depende de los investigadores, sino de la población en general, para quien por cierto, los investigadores trabajan día con día. A mi parecer es mas importante saber ¿cual será el futuro de la biodiversidad?, ¿Que pasará cuando el interés por la ciencia crezca? ¿Acaso todavía contaremos con especies a las cuales estudiar? ¿Todavía la situación será la adecuada para hacer ciencia a un paso lento?, no lo se, pero prefiero pensar positivamente.
Es posible que el sistema educativo este en malas condiciones, pero ¿que hay de la iniciativa de la gente por conocer, por preguntarse, por preservar? es algo que me provoca incomodidad al pensarlo, tal vez al encontrar la respuesta a estos cuestionamientos, un gran escalofrió me recorra la espalda, y prefiera pensar que no soy el único que cuenta con una posición similar a la mía, no es que me de miedo saber que la gente ha perdido ese contacto con su entorno, pero me consuela que en un futuro pueda ser posible que esta situación cambie para nuestro bienestar, igual la visión no es muy prometedora, pero si es un buen incentivo para poner manos a la obra.
2 comentarios:
Estimado Diego,
Comparto tus inquietudes, se requiere mayor difusion del trabajo cientifico, con un lenguaje sencillo al alcance de todos; involucrar a todos los sectores, un reto que (creo) es posible.
Saludos y felicidades por tu articulo,
Consuelo Almazan.
Hola Diego.
Muy bue artículo , aunque debería haber mayor difusión de este espacio, me parece muy bien que se abran estos sitios para el enriquecimiento de información y opiniones de los unos a los otros.
Y concuerdo contigo , el principal problema esta en la apatía e individualismo del mexicano. Abramos los ojos , saludos .
Génesis Flores.
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