Felipe Román López
Título: La Otra Historia De México
Antonio López de Santa Anna
Ese Espléndido Bribón.
Autor: Armando Fuentes Aguirre (Catón)
Editorial: DIANA
Primera Edición:
mayo
de 2012
Número de
páginas: 659
TEMA: Describe la vida política de
Antonio López de Santa Anna, desde que toma el poder como Presidente de la
República el 16 de mayo de 1833, hasta el 21 de junio de 1876 en que fallece.
El libro está dividido en 7
capítulos. Con las siguientes designaciones:
I.- Un principio sin final
II.- Es la noche que viene
III.-Los artífices del mal
IV.- El extraño enemigo
V.- El rayo que cae
VI.- El acero y el bridón
VII.- A un paso del abismo
La descripción que hace Catón de
los personajes y el ambiente en que se desarrollaron, me parece magistral y en
la idea expresada en sus escritos, el autor cumple cumplidamente con
"orientar a la República" y, por tanto, tomemos como base su opinión
sobre Santa Anna: "Tratándose de Santa Anna es fácil encontrar lo malo y
difícil, muy difícil. Dar con algo bueno. Era un
grandísimo truhán este señor, un
pillo redomado. Pero un pillo simpático y
encantador. Con el mismo arte y
con igual audacia conquistaba mujeres y
ejércitos, con la misma
fascinación puso a sus pies varias veces al país.
Odiado, podía hacerse adorar al
minuto siguiente. Vilipendiado, una palabra,
un gesto le bastaban para rendir
a quienes lo execraban. Una y otra vez se
hizo seguir por la nación, aunque
lo siguiera al abismo. Tenía en abundancia
eso que hoy se suele llamar
CARISMA.
"Santa Anna ha cargado
siempre con el sambenito de ser traidor, de haber vendido el territorio de la
patria. Ya se ha visto que no fue de él toda la culpa, pero con ello carga en
su totalidad. Es hora de reconocer que si bien sus defectos y errores fueron
grandes y que, difícilmente, podrá hallarse justificación a muchos de sus
hechos, no estuvo solo en sus acciones e incluso, a veces, fue más víctima de
sus contemporáneos que victimario de ellos".
"Algunos de los notorios
liberales que vivieron junto a Santa Anna este tormentoso periodo de la
historia mexicana, comparten también con él, la responsabilidad del gran
desastre que culminó con la invasión norteamericana y con la pérdida de la vastísima
extensión que dejó de pertenecer a México, como efecto de aquella infame guerra
movida por el gigante que nacía".
"Había sufrido destierros
sucesivos: en Estados Unidos, Jamaica, Cuba y Turbaco Colombia.
Tras la muerte del Presidente
Juárez, don Sebastián Lerdo de Tejada le concedió una especie de perdón y pudo
así regresar al país para vivir los 2 años finales de su vida".
El 16 de mayo de 1833 tomó
posesión Santa Anna de la presidencia y, al aceptarlo dijo: "mi
administración será dulce, tanto como mi carácter, que es suave y
tolerante". Coincidió con la epidemia de cólera morbus que azotó a la
ciudad, ocasionando múltiples fallecimientos.
Once
veces fue presidente de la República por cortos periodos. Fue electo, interino
y sustituto. No le gustaba ejercer el poder, a él lo que le gustaba era el
oropel de los desfiles militares, las fiestas de las tomas de posesión, lucir
los elegantes uniformes que le confeccionaban sus sastres, llenos de medallas.
Se fastidiaba pronto de los deberes de presidente, pedía autorización al
Congreso y, dejando a un sustituto o al Vice-presidente, encargado del
despache, se retiraba a su hacienda "Manga de Clavo", cercana a
Veracruz, donde se dedicaba a montar a caballo (era buen jinete), peleas de
gallos, de los que tenía varios y los trasladaba a los lugares donde iba de
viaje o de campaña, a jugar baraja (albúres con grandes apuestas) o a perseguir
mujeres jóvenes.
Cuando iba a la guerra montaba un
caballo blanco, emulando a Napoleón y le gustaba que lo designaran como el
Napoleón de Occidente. Aceptó las designaciones de Benemérito de la Patria en
Grado Heroico, Salvador de la República y Su Alteza Serenísima.
Participó en muchas batallas pues
tenía facilidad para reunir ejércitos con soldados de línea, voluntarios y
mediante la leva.
Pudo haber ganado muchas de las
batallas en que participó pero, inexplicablemente, cuando ya casi había vencido
daba orden de retirada, dejando como vencedores a los ejércitos enemigos y él,
se limitaba a no aceptar las derrotas como suyas y, siempre, le echaba la culpa
a alguno de los generales (sus subordinados) que no había obedecido sus
órdenes.
En 1836 combatió a los texanos
que pedían la separación de México. El 6 de marzo al perseguir a quienes se
refugiaron en la Misión de san Antonio de Valero, conocida como El Álamo, como
no se rendían ordenó a su ejército "pasarlos a degüello", dejando
muertos a todos los refugiados: hombres, mujeres y niños. La indignación de los
texanos se manifestó con el: "Remember Alamo" con que acompañaban sus
agresiones a México.
En 1838 participó en la
denominada "guerra de los pasteles". El 5 de diciembre una granada
destrozó su pierna izquierda, matando a su caballo. Fue pesimamente atendido
por curanderos, se le infectó la herida y tuvieron que amputársela en muy malas
condiciones de insalubridad. Al regresar a México su pierna fue colocada en un
catafalco en el Panteón de Santa Paula.
Alternó el poder, entre otros,
con Valentín Gómez Farías, Jacobino, anticlerical y masón, jefe de los
liberales puros, quien decretó la primera Reforma, expropiando los bienes del
clero y, cuando vivió en USA, favoreció la independencia de Texas; Miguel Barragán
que murió siendo presidente de una "fiebre pútrida", José Justo
Corro, Anastasio Bustamante, Pedro María Anaya, Mariano Paredes y Avillaga,
etc.
En los cortos periodos que
ejerció la presidencia, como le faltaba dinero, inventó los más absurdos
impuestos, como: sobre fachadas (dependiendo de la altura y adornos), número de
gárgolas o canalones de desague, número de ventanas, tipo de carruajes (Cuántas
ruedas), número de criados (con librea y zapatos pagaban más) y número de
perros.
El 6 de diciembre de1844
centenares de hombres y mujeres, entran al Panteón de Santa Paula, en la ciudad
de México y van a la columna sobre la cual estaba el sarcófago que contenía la
pierna de Santa Anna. Bajan el sarcófago y el Dr. Torices lo abre y saca el
podrido despojo. La muchedumbre sale del panteón y el médico lleva en alto lo
que los diarios de la época, desIgnaron como "EL ZANCARRON". Lo
llevaron al palacio nacional, donde el Gral. García Conde les quita el despojo
que, después, sepultó en lugar desconocido.
Había 2 estatuas de Santa Anna,
una de yeso, colosal, en el pórtico del Teatro Nuevo o de Santa Anna y otra de
bronce en el Mercado de El Volador, ambas fueron derribadas y destrozadas.¨
Su participación en la guerra del
47, contra los Estados Unidos, es de las más controvertidas de su vida. Pudo
haber vencido y no lo hizo, dejó que otros generales, que eran sus subordinados
pelearan sin parque suficiente, sin refuerzos, etc., mientras él se lejaba con
el grueso del ejército a sitios donde no hubo pelea.
La historia relata la heroicidad
del Gral. Anaya y de los niños héroes.
Cuando el ejército americano
invadió la ciudad de México, los que combatieron con piedras fueron los
ciudadanos y fueron masacrados por los soldados.
No hay duda, Santa Anna no era
inmoral, era amoral.
Su vida está llena de anécdotas
que hay que leer detenidamente para tratar de entender cómo era la vida del
prócer y la de los individuos que convivían con él.
Solo me resta recomendar
ampliamente el libro de Catón y leerlo y releerlo.
Ilustración: Farid |
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