Silvia Estela Rivera Melo
DRAGONCITO
A
ti, que no necesito decir tu nombre para que sepas que eres tú,
con
todo mi amor, cariño y respeto.
Aquí en éste instante de
ensueño, en el que mi alma se desboca
con felicidad al imaginarte en nuestro encuentro, al pensar que volveré a verme
en tus ojos y sentir tu aliento recorriendo mi alma, mi ser y mi interior.
Aquí desde esta distancia que nos
ha separado por días, por tiempo y espacio, mi alma se inunda de frenesí exacerbado, de sueños nuevos y amor desbocado
por ti, por tu presencia pronto cercana, por tu amor que me llama en la
distancia.
Aquí a unas horas de nuestro
encuentro, a unos efímeros segundos de tiempo eterno y a su vez una inmensidad
que me cobija en este tiempo terreno; a
ti que te quiero, que te deseo y a su vez te poseo sin tenerte en mis
brazos, pero si en mi esencia.
Aquí en este momento, donde mi
mundo se ve tan ajeno a mis sueños y anhelos desbordados, donde por un segundo
quisiera que las horas se fueran al parpadeo de mis pestañas, y al abrirlas
verte aquí, junto a mí.
Aquí, vida mía en este instante
que quisiera que se fuera el día y la noche para que llegue el amanecer, para
volverte a tener y sentir la paz de tu calor cobijando mi hiperactividad
ansiosa de tus besos, de tus brazos, de tus sueños locos donde existo por ti.
Complemento
Soñé que
tus brazos me envolvían, que tu aliento me recorría, mientras tus manos
firmemente apretaban las mías, soñé que tu voz me musitaba la últimas palabras
con que endulzabas mis oídos antes de despedirnos; sentí esa necesidad imperiosa de arrojarme
al abismo con la firmeza y seguridad que estando en tus brazos, nada podrá
hacerme caer o fallar en mi intento por la vida. Y mientras mi mente se
mantiene incongruente, mi alma reafirma que si volviera a nacer, vagaría por
este mundo en busca de tus ojos, de tus labios, tus brazos y tu ser; para
saciar la sed que tengo por tus labios, en dulces besos suaves, tersos y cálidos; te buscaría para cubrir mi desnudez
con la cobija de tus brazos y no sentir el frio de tu ausencia. Tendría la
inevitable necesidad de saciar el hambre de mi ser con tu sonrisa. Y hoy al
despertar y ver la realidad ante mis ojos, entiendo que el ser que soy, lo que se ha forjado a
través del tiempo y los eones que me han tenido aquí, tenían que pasar para
poder estar lista para tu encuentro, para estar lista para poseer tanto sin tenerlo, para ser dueña del mismo
universo que se siente, pero no se puede palpar, pero es tan tangible para la
realidad. Hoy no tengo deuda alguna con el universo, soy dueña de lo que por
derecho universal me corresponde "TÚ"
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